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2 de mayo 2024

8 de marzo 2024

Opinión

#LosTaconesDeMarcela | “Valla” gobierno fallido

Los Tacones De Marcela

Al presidente López Obrador se le olvida el número de veces que utilizó el caso de los 43 de Ayotzinapa para reforzar su estrategia de gobierno o el número de ocasiones que politizó los casos de madres buscadoras

Por Marcela Garza Barba

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“Valla”.

Gobierno.

Fallido.

Que si los que derribaron la puerta de Palacio, en protesta por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, son personas impuestas por la oposición o por el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador.

Que si el uso de una camioneta de la CFE para derribar la puerta de Palacio es parte de una estrategia electoral, después de todo existe la necesidad del caos, ¿no?

Podríamos hilar unas tantas teorías conspirativas, pero se quedarían en eso, en teorías conspirativas.

Ingrediente perfecto distractor para esta época electoral.

Pero la verdad, la “verdad histórica” que tanto prometieron a los familiares de los 43 se resume en que las y los desaparecidos de nuestro país son los olvidados de este gobierno.

Los años pasan y los familiares aún buscan respuestas.

En el sexenio de AMLO desaparece una persona cada hora.

En el caso de niñas y mujeres en seis años aumento la cifra en un 161.6 por ciento según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas.

“Valla” legado cuatroteísta.

Con razón su respuesta hacia la atención de los familiares de los 43 fue de “se encargará el subsecretario”.

Claro, el presidente no puede encargarse, aunque prometió lo contrario.

El gobierno de AMLO acumula el 41 por ciento de las desapariciones de personas que se registraron desde 1988, época del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

Los datos son escuetos, opacos, se modifican al antojo del gobierno.

Se desaparece a la persona física y se vuelve a desaparecer en el registro.

Porque AMLO no quiere cargar con culpa y menos en época electoral.

Se dice ser honesto y humano, pero nada más lejos de la verdad.

Le conviene decir que alguien quiere hundir a su gobierno derribando puertas en Palacio o que alguien modificó, con alevosía y ventaja, el registro nacional de desaparecidos.

El líder transformador no se atreve a transformar uno de los problemas que más carcome a su pueblo “bueno y sabio”.

Mejor desaparecer los datos y olvidarse de las promesas que les hizo, no sólo a los familiares de los 43, sino a los mexicanos, al cabo que ya se va.

Según Tresearch, a un año de finalizar el sexenio del gobierno de López Obrador hasta febrero de 2023, se registraron 38 mil 076 desapariciones de personas en México.

Tomo este dato como referencia porque si nos vamos a finales de 2023, principios de 2024, de pronto ya aparecieron 16 mil 681 personas reportadas como desaparecidas, por las buenas estrategias de búsqueda del gobierno.

Literal, así dice en la página de Andrés Manuel López Obrador.

¡Nos creen ignorantes!

No por nada, hasta hace unos días, un juez ordenó al presidente no modificar los registros de personas desaparecidas.

Y es que vallas metálicas o no en el #8M o en la búsqueda por los 43, si buscas a uno de los 43 o a una de tus hijas o a tu hijo, como madre buscadora, padre buscador o familiar, quieres derribar la puerta de Palacio, porque sabes que ahí adentro, el líder sólo habla de su país de las maravillas y sus otros datos.

Quieres salir a buscar bajo tu propio riesgo, porque el gobierno falla mientras tú encuentras 30 fosas clandestinas en dos días.

No quiero ni imaginar ser una madre de los 43 o de las mujeres que son buscadas por sus madres que, por cierto, las amenazan de muerte y también llegan a desaparecer.

Nuestro país se hunde en el dolor, en los registros con “otros datos”, mientras que el presidente es protegido por los suyos en su Palacio.

Por eso, no me extraña que el dolor fermentado por la búsqueda del desaparecido salga con gritos desesperados, derribando cualquier valla.

Y más, cuando el presidente se lava las manos con un “lo verá el subsecretario”.

O sea, ‘alguien más atenderá la situación, yo estoy en cosas más importantes’.

Pero a AMLO se le olvida el número de veces que utilizó el caso de los 43 de Ayotzinapa para reforzar su estrategia de gobierno.

El número de veces que politizó los casos de madres buscadoras que olían a pasar página en sus mañaneras, porque decía “son estrategias de la oposición”.

En el caso de los 43, AMLO utilizó tanto el asunto como bandera de su gobierno que hasta una comisionada especial de la ONU vino exprofeso a escuchar los resultados de la Comisión para la Verdad que estaba a cargo de Alejandro Encinas.

Me pregunto.

Y ahora, ¿dónde está Encinas?

¿Dónde quedó la Comisión para la Verdad?

Muy fácil renunciar y desaparecer cuando prometiste verdad, pero te sacaron los trapos al sol.

O ya se les olvidó cuando Encinas renunció a la Subsecretaría de Derechos Humanos para unirse a la campaña de Claudia Sheinbaum, en medio de las asperezas con el Ejército, por los archivos de Ayotzinapa.

“Valla, Valla”.

Se ve que hay prioridades.

Digo, en ese entonces, los familiares de los 43 luchaban por la entrega de 800 documentos que tenía el Ejército.

Hoy sólo piden el tan prometido diálogo con el presidente.

Pero ni eso.

Si tanto, AMLO y los suyos, fueron tras los principales autores de la verdad histórica de aquel septiembre de 2014, Jesús Murillo Karam y Tomás Zeron, ¿quién irá tras los principales autores de la Comisión de la Verdad de Ayotzinapa de este sexenio?

¿Quién irá tras los que modifican registros nacionales de desaparecidos, tapan fosas clandestinas y juegan con el dolor del mexicano?

Por eso me parece inaudito que los mexicanos nos metamos en una conversación de teorías conspirativas cuando el ser humano no vale para el gobierno en turno.

Tanto que AMLO criticó cómo se trató el tema de los 43, en la época del ex presidente Enrique Peña Nieto, al decir que daría con los responsables, pero ahora mejor calla porque no “valla” a salir responsable también él.

Hoy, el basurero de Cocula es todo México, gracias a usted, señor presidente.

Su sexenio es el más violento de la historia de México, según datos de la Coparmex.

Hay un asesinato cada 15 minutos y cada hora desaparece alguien bajo su mandato.

No se necesitan las vallas metálicas para proteger a un gobierno fallido.

Ni decir que a las víctimas las atenderá el subsecretario, mientras derriban la puerta de su palacio de cristal.

El “vulgar acto de provocación” viene de usted, señor presidente, no de los mexicanos.

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