¿Cuánto falta para la elección?

24 de abril 2024

27 de marzo 2023

¡Que alguien me explique!

¡Tercer Strike!, pero sin ponche

El otorgamiento de la Suprema Corte de una suspensión a su alternativa Reforma Electoral, mejor conocida como el “Plan B”, se constituyó en una nueva derrota para el inquilino de Palacio Nacional

Por Ramón Alberto Garza

COMPARTE ESTA HISTORIA

Al presidente Andrés Manuel López Obrador le cantaron el tercer strike… pero todavía no está ponchado. El otorgamiento de la Suprema Corte de una suspensión a su alternativa Reforma Electoral, mejor conocida como el “Plan B”, se constituyó en una nueva derrota para el inquilino de Palacio Nacional.

El primer strike se lo recetó el Congreso cuando le frenaron su propuesta de Reforma Eléctrica.

El segundo strike vino cuando el mandatario se quedó abanicando las intenciones de instalar a una de la suyas como presidenta de la Suprema Corte de Justicia. Dos plagios de tesis se lo impidieron y la nueva ministra presidenta, Norma Piña, ha demostrado que si algo tiene, es independencia del Poder Ejecutivo. Nada incondicional de López Obrador.

Y ahora, el tercer strike se lo aplica el ministro Javier Laynez Potisek al frenar la intentona presidencial de reducir el tamaño del INE y sus métodos operativos, en la antesala de la elección presidencial del 2024, en una confrontación judicial que tomará tiempo.

La suspensión otorgada obliga a todas las partes a defender sus posiciones, incluyendo contestaciones de los poderes ejecutivo y legislativo, por lo que el “Plan B” se da por hecho que está descarrilado por inconstitucional.

Pero, a pesar de los tres strikes que en cualquier juego de beisbol sacan del diamante al bateador por la ruta del “ponche”, el presidente López Obrador no siente que todo esté perdido.

Ahora, aparece el llamado “Plan C”, una nueva intentona presidencial que buscará instalar personajes afines ideológicamente a Morena en las cuatro posiciones que dejarán vacantes Lorenzo Córdova, Ciro Murayama, Adriana Favela y José Roberto Ruiz Saldaña.

En el proceso de la pre-selección de los nuevos consejeros aparecen como candidatos favoritos Bertha María Alcalde, Maday Merino, Jaime Castañeda y Armando Ocampo Zambrano.

Lo curioso es que dos de esos cuatro candidatos son extremadamente afines a Morena. Bertha María Alcalde Luján es hija de Bertha Luján, quien fuera presidenta del Consejo Nacional de Morena y hermana de Luisa María Alcalde, actual secretaria del Trabajo, mientras que Jaime Castañeda tiene vínculos muy estrechos con Morena.

El debate de que los dos aspirantes afines a Morena fueron los que lograron las calificaciones más altas en las pruebas de pre-selección sembraron, en días pasados, la duda sobre la limpieza en el proceso y la presunción de una filtración del examen para favorecer a los personajes afines al presidente López Obrador.

Curiosa situación cuando en los días en que se instauró el INE (antes IFE) como árbitro electoral, López Obrador salió a elogiar la independencia de los consejeros de cualquier nexo con algún partido.

Solo para dimensionar la pifia de promover a Bertha Alcalde Luján no solo como consejera, sino como presidenta del INE, equivaldría a que en un gobierno dominado por el PRI se instalara a Sylvana Beltrones, hija de Manlio Fabio Beltrones -ex presidente del PRI- como árbitro electoral. ¿Aceptaría eso López Obrador?

Por supuesto que la suspensión otorgada por la Suprema Corte a la ejecución del “Plan B” indignó al inquilino de Palacio Nacional, quien de inmediato acusó recibo de otro complot montado por los conservadores y por la llamada “Mafia del Poder”.

Una “Mafia del Poder” que, dicho sea de paso -y de acuerdo a su libro publicado en campaña- es presidida por Carlos Slim, hoy su principal contratista y consejero, a quien recibió en días pasados junto con Larry Fink, el CEO de BlackRock.

Sea como fuere, los ánimos presidenciales estarán fuera de límites en la mañanera de hoy. Las cosas no le están saliendo bien al hombre que pretende, por la vía de su corcholata favorita, perpetuarse en el poder más allá del 2024.

Por lo pronto su intentona de “comprar” o “cooptar” al árbitro electoral está descarrilada.

Publicidad
Publicidad
Publicidad