Ni con bastón tiene el mando

Aviso Clasificado: “Vendo, rento o doy en trueque ‘Bastón de Mando’, modelo 4T, con cinco años de uso y un solo dueño anterior. Tiene la maldición de que sólo responde al mando de su propietario original”.

Claudia Sheinbaum arrancó el 2024 con otro cortocircuito en su “Bastón de Mando”, aquel que le heredara el 7 de septiembre pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ernestina Godoy, su fiscal, fue rechazada en su reelección por los diputados de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México.

Por más que la ahora candidata presidencial de Morena defendió, a capa y espada, a quien era la máxima representante de la procuración de justicia dentro de su gobierno, la mayoría legislativa de la ciudad capital no lo creyó así.

Siempre se le vio servil, a disposición de lo que dijera su jefa y sus subalternos. Jamás a contracorriente.

El mejor ejemplo de ese servilismo lo fue la presunta investigación de la tragedia de la Línea 12 del Metro, cuya sentencia no escuchamos de los labios de la fiscal Godoy, sino de quien entonces se habilitó a sí mismo como juez y parte: Carlos Slim.

El constructor del tramo colapsado se auto exoneró de cualquier responsabilidad y de manera unilateral determinó los montos de indemnizaciones a los deudos de los 26 capitalinos y mexiquenses que perecieron en aquel accidente, que fue producto de la negligencia de quienes lo construyeron, en este caso, la constructora CICSA, propiedad del hombre más rico de Mexico.

Pero ni el respaldo inusual del presidente López Obrador, ni las simpatías de Carlos Slim o buenos oficios de la Jefa de Gobierno, quien siempre salía en su defensa, fueron suficientes para garantizarle su reelección.

Esta es una enorme derrota política para la ahora precandidata presidencial, Claudia Sheinbaum, quien deja en evidencia -una vez más-, que no tiene las habilidades políticas para convencer ni a los suyos, mucho menos a los opositores, de lo que ella cree que es bueno para la causa, para la Ciudad de México o para la Nación.

Ya le pasó antes, cuando sus propios correligionarios le boicotearon, en octubre pasado -un mes después de que le dieran su “Bastón de Mando”- el frustrado ascenso de Omar García Harfuch, a quien la precandidata presidencial de Morena buscaba colocar como candidato a sucederla en la Jefatura de la Ciudad de México. Al igual que con Godoy, pudo más el fuego amigo y los crecientes opositores, y dejó en evidencia su falta de capacidad para sacar adelante acuerdos. Se le impusieron.

O qué decir de la incapacidad de Claudia Sheinbaum para sostenerles a sus corcholatas rivales -Adán Augusto López y a Manuel Velasco- sus acuerdos en las candidaturas para gobernador de Tabasco y de Chiapas, respectivamente. Aún con el “Bastón de Mando”, se la saltaron y la volvieron a madrugar, al igual que sucedió con el boicot a su mega mitin, que acabó cancelado por falta de quórum en el Estadio Azul.

Bien haría el presidente Andrés Manuel López Obrador en pedirle a su “favorita” que le devuelva el “Bastón de Mando” para enviarlo a mantenimiento, porque está claro que, lejos de resolver problemas, los complica. Y lo que es peor, deja en evidencia que quien lo posee, lo último que tiene es mando.