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18 de diciembre 2023

¡Que alguien me explique!

Sheinbaum: se busca enlace con empresarios

Ahora es la candidata morenista, Claudia Sheinbaum, la que anda en busca de un “Alfonso Romo” que lo acerque con ese sector que está tan dolido, tan herido con la Cuarta Transformación

Por Ramón Alberto Garza

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Uno de los factores clave del triunfo de Andrés Manuel López Obrador en 2018 fue el papel que jugó entonces Alfonso Romo.

El empresario regiomontano fue pieza clave para articular una amplia red de capitanes de empresa que le dieran al candidato de Morena el último tirón, no solo con los hombres de capital, sino con un amplio segmento de la clase media.

Por desgracia, aquel proyecto de Nación en el que juntos harían historia, acabó en un divorcio de visiones que alejó no solo a Romo, sino a muchos otros personajes del sector privado de la órbita cuatroteísta. A López Obrador se le hizo más fácil sentarse a pedir ayuda a los “mafiosos” de siempre, con los que se arregló bajo complicidades y asignaciones directas, que buscar los nuevos caminos de una relación abierta y transparente con el sector privado.

Viene la historia a colación porque ahora es la candidata morenista, Claudia Sheinbaum, la que anda en busca de un “Alfonso Romo” que lo acerque con ese sector que está tan dolido, tan herido con la Cuarta Transformación. Y hasta ahora son tres los personajes con los que la candidata presidencial o algunos de sus allegados se han acercado.

Como puntero en la lista está Francisco Cervantes, el actual presidente del Consejo Coordinador Empresarial, quien con una formación más de líder de cámaras patronales -Concamin, COMCE, CCE- que empresarial, entró al quite cuando a su antecesor Carlos Salazar se le complicó la relación personal con el presidente López Obrador, así como mantener el delicado equilibrio entre los empresarios de Monterrey, Guadalajara y los de la Ciudad de México.

El punto débil de Cervantes es que, además de identificarse con los empresarios cupulares como Carlos Slim y Antonio del Valle, se le percibe como muy obsequioso y poco confrontativo con el inquilino de Palacio Nacional.

Vean, por ejemplo, la tibia actitud del CCE frente al violento desmantelamiento de los organismos autónomos, como el IFT, la Cofece, la CRE y el INAI, además de la falta de respeto a la Suprema Corte al postular como nueva ministra a una activista y militante de izquierda.

Slim no quiere darle dolores de cabeza al presidente y menos cuando la desaparición de los organismos autónomos le favorece. Después de todo, sólo este último año, el capital de su conglomerado empresarial aumentó en 22 mil millones de dólares, para superar la barrera de los 100 mil millones de dólares. Slim no quiere que hagan olas.

Otro que está ya apuntado como precandidato a ser enlace empresarial con Claudia Sheinbaum es Armando Garza Sada. El todavía presidente del Grupo Alfa cede su posición corporativa el próximo mes de marzo y tendría suficiente tiempo para dedicarse a uno de sus placeres culposos: la política.

La pregunta de fondo es si sus correligionarios de Monterrey secundarían a Garza Sada en esa aventura. Y lo que es más importante, si el dominante clan capitalino comandando por Slim vería en el regiomontano a un interlocutor confiable. Cuestión de recordar que el presidente vitalicio de Grupo Carso suele repetir despectivamente que todos los empresarios regiomontanos “o están ahogados en deudas o están ahogados en alcohol”.

Y un tercer candidato que presume en su haber el ser de los muy pocos que se lleva bien con Claudia Sheinbaum, con el presidente López Obrador, con los empresarios de Monterrey y también con los de la Ciudad de México es Carlos Bremer. El presidente de Value Casa de Bolsa es uno de los financieros consentidos de la Cuarta Transformación y también del empresariado que gravita en torno al inquilino de Palacio Nacional y a su amistad creciente con Slim.

Sea como fuere, está claro que quien se signifique como el nuevo enlace entre Claudia Sheinbaum y el sector privado no la tendrá fácil. Aunque de dientes para afuera -y con sonrisas de por medio- el empresariado mexicano mantiene una hipócrita neutralidad, en las mesas, sus críticas contra las políticas de la Cuarta Transformación se desbordan y la mayoría están dispuestos a financiar a la Oposición, si existe una candidata o un candidato con alguna posibilidad de dar la sorpresa.

Lo que sí no está a discusión es que será difícil repetir el fenómeno Alfonso Romo, con todos sus aciertos iniciales y con todo el desencanto presidencial al final.

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